¡Desnudad la risa!
¡Desvelad el llanto!
Y cuando el alma luzca al natural,
sin aderezo alguno,
preguntadle al alma,
pues en el eco de sus respuestas
está la razón de vuestro verso.
¡Desvelad el llanto!
Y cuando el alma luzca al natural,
sin aderezo alguno,
preguntadle al alma,
pues en el eco de sus respuestas
está la razón de vuestro verso.
El eco os hablará del perfil de una canción,
de la que perfuma, con nácar, los labios
cuando sus notas no se atienen al dictado impío
de una batuta desconchada en rabias.
Os contará, también, del hilván que acerca fuego y agua,
del que arropa, en brasas, las noches de silencio
y desviste los gritos de un géiser de voz ronca,
devenidos en la docta mano de un maestro.
Os predicará sobre esperas y labores
mientras sangran, los ojos, tilos y magnolias
y, en el instante doliente de un sollozo,
apreciaréis, al fin, quién es vuestro don,
y quién vuestro castigo;
comprenderéis que todo el tiempo es vuestro,
y que sólo en vosotros tiene principio y final
vuestro verso.
El alma luce al natural, lo que ocurre es que algunas personas no tienen o es tan oscura que no pueden ver nada.
ResponderEliminarTengo algunos problemillas con la lengua.... siempre escribiendo en gallego tiene esas cosas.
Entrar en un lugar como este non é doado, así... ya tengo disculpa.
Me gustan los poemas, pero como soy mala pues a mi me va meterme con las cosas que cuentan.
Un besito.
Cierto, niña... pero ¿Y cuando encuentras un alma blanca? Vale, vale, eso es muy difícil, digamos que más bien encontramos algún alma gris clarito, jejeje.
ResponderEliminarYo conozco un alma bastante, bastente blanca (copartícipe de este blog) y una que, al menos, es de colorines (¿te suena Esquío?, jejejeje).
Gracias por tu alma de colorines, niña. Es todo un lujo tenerte cerca y dejar que nos contamite tu buen humor y tu permanente sonrisa.
Un beso